Todo el viento del mundo by Samantha Mabry

Todo el viento del mundo by Samantha Mabry

autor:Samantha Mabry
La lengua: eng
Format: epub
Tags: 978-987-747-415-2
editor: V&R Editoras
publicado: 2018-05-04T00:00:00+00:00


Catorce

A la mañana siguiente, yo soy de las primeras en estar despierta y en movimiento. Los chicos de la cocina ya comenzaron a arrojar trozos de madera de mesquite en una pila para encender el fuego. A esta hora tan temprana, el cielo está dividido: cerca del horizonte, es celeste, más arriba, es negro como la tinta. Como el sol no salió por completo, hace frío.

Algunos de los miembros de la compañía también están despiertos, preparando los caballos, cargando las carretas o simplemente dando vueltas, esperando. La violinista está sentada en un banco bajo, envuelta en una manta de lana. Alza la cabeza cuando escucha que me aproximo. Su cabello ensortijado fue, alguna vez, muy oscuro, pero ahora está atravesado por las canas. No quiero observarla demasiado, pero podría jurar que sus ojos son de diferente color: uno negro, el otro celeste. Tienen dos tonos, igual que el cielo matinal.

Con un palo, atiza el fuego.

–¿Puedo ayudarte?

–Me gustaría revisar tus mercancías –respondo–. Tal vez hacer algún trueque.

–¿Traes algo de valor?

–Depende.

La mujer hace un gesto desdeñoso con la mano, dándome permiso de trepar a su carreta y hurgar entre sus cachivaches.

El carro de un hojalatero está compuesto de tesoros y de porquerías: muñecas; partes de muñecas; envoltorios de viejas golosinas, lisos y chatos; libros; libros sin cubierta; las cubiertas solas, sin los libros, en su mayoría, novelas de acción, de fantasía y románticas, con ilustraciones de mujeres voluptuosas con el cabello y la ropa en distintos estados de descontrol; tazas de café que ostentan el nombre de restaurantes y compañías de las que nunca oí hablar; cables y cordones enrollados en carretes del tamaño de mi cabeza; cubos con amuletos, monedas, llaves, lo que parecen ser huesos pequeños, botones y broches; y, colgando arriba de mi cabeza, decenas –tal vez, cientos– de pajaritos de origami en diferentes colores.

Me agacho frente a un cubo de adornos y monedas, hasta que encuentro una que me agrada, una que no está muy opaca o rayada: es un círculo dorado, del tamaño de una moneda de un dólar, y tiene un agujero cerca de uno de los bordes. Grabado en su cara, hay un barco, la proa inclinada ligeramente hacia arriba y las velas hinchadas mientras rebota sobre el mar agitado. En el reverso, tiene el nombre de un lugar, parcialmente oculto: ---ster Massachusetts.

Sonrío. James y yo no nos hacemos regalos muy a menudo, pero esto es perfecto: algo que puede llevar en el bolsillo de la camisa, cerca del corazón, que le recuerde nuestro gran plan de marchar hacia el este.

Cuando me levanto, mi cabeza choca contra algo. Aparto los pájaros de papel y veo el violín. Está usado, obviamente –tiene marcas de desgaste alrededor de la mentonera y en el diapasón–, pero las cuerdas parecen estar bien, y las cerdas del arco, que está a su lado, no están completamente deshilachadas. En general, es un buen instrumento, que está rogando que alguien lo haga sonar. No sé si alguna vez volveré a tocar, pero recuerdo la emoción que sentí cuando me dieron el violín, cuando lo colocaron en mis manos.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.